LA PERSONALIDAD CREATIVA DE ISIDRO PARRA
La Fundación Isidro Parra quiere hacer visible y elocuente un rasgo de su persona que lo hace formar parte de un grupo de artistas singulares.
Aunque se le conocía como hombre templado y reflexivo, elegante y observador callado, Isidro Parra vivía atravesado por un torrente creativo de un brillo e intensidad difícil de dimensionar para muchos de nosotros y de nosotras hoy. Esa energía la desplegaba en 360 grados. En todo lo que hacía. Era un artista multifacético y un creador incansable. Despreocupado y ajeno a tendencias, estilos o modas, su afán era dejar fluir el poder de un talento -una capacidad de ver y crear- buscando toda clase de belleza y conocimiento. Y lo hacía estableciendo una íntima conexión con lo que le rodeaba, ya fuera un paisaje, una arquitectura, un objeto, una música o un pensamiento.
Si hoy nos preguntámos qué hay de vigente en la obra de Isidro Parra, y por qué es interesante conservar en la memoria colectiva sus realizaciones, nuestra respuesta es esta: Isidro Parra es un ejemplo poco frecuende de vitalidad creativa. Su obra, las huellas de su experiencia, contienen el mensaje de una energía que anima en nosotros algo que nos hace propundamente humanos.
Como Fundación creemos que Isidro Parra es ejemplo y estímulo para generaciones venideras. Su obra transmite una enorme sensibilidad hacia lo que nos rodea: Sensibilidad que es esencial seguir cultivando; y el poder de un espíritu creativo que es lo que en realidad nos hace personas, personas interesantes y buenas. También que el arte es capaz de aportarnos una vida de gran riqueza interior cuya experiencia podemos transmitir y compartir. El deseo de la Fundación Isidro Parra es proteger ese legado y hacerlo cercano, accesible y estimulante para que sea fuente de inspiración hacia los jóvenes y de placer para todas aquellas personas que gozan de la creación humana.
